Pero…¿qué es el Feng Shui?
El Feng Shui es un antiguo sistema filosófico chino de origen taoísta basado en la ocupación consciente y armónica del espacio, con el fin de lograr de éste una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan. Pero más allá de atraer la buena suerte, y sin entrar en creencias, existen conceptos fundamentales aplicables al diseño y la decoración actual, que buscan la mejora de las condiciones ambientales que fomentan el bienestar y la armonía general del individuo con su entorno. Si nuestra vivienda está en equilibrio y armonía, también lo estará nuestra vida en general.
Los 12 trucos de Feng Shui para tu casa:
- Conviene que la vivienda esté protegida por árboles, colinas u otros edificios: uno de los preceptos fundamentales del Feng Shui, en la actualidad este concepto lo podemos relacionar con la protección contra la incidencia solar directa, utilizando los árboles como sombra natural, sobre todo si son de hoja caduca, para posibilitar la radiación solar en invierno. Además, aporta aislamiento a la incidencia directa del viento y otros agentes atmosféricos.
- Distribución del mobiliario: se debe prestar especial mimo a los espacios para dormir o sentarse, de donde más energía absorbemos. Cuidar especialmente de no obstaculizar el paso en recibidores con mobiliario de gran tamaño, siendo ideal la colocación de una puerta o ventana de separación con la sala de estar. Se debe evitar la confrontación de sofás, intentando realizar disposiciones más circulares, con la disposición de las mesas auxiliares junto a los mismos mejor que delante de ellos.
- Mesas de comedor: se debe evitar la utilización de mesas que den sensación de aglomeración, favoreciendo el espacio vital de cada comensal. Una mesa redonda favorece la interacción en la comida y genera ambientes más distendidos.
- Los grandes pasillos, así como las esquinas prominentes o espacios sinuosos, dificultan los flujos de “energía”; la armonía de una vivienda se refleja en una distribución amplía y accesos limpios, sin obstáculos, y con tránsitos de comunicación directos.
- Espejos: uno de los grandes clásicos del Feng Shui. Dependiendo de su uso, puede ser más o menos favorable. Por ejemplo, un espejo en una sala de estar aumenta la sensación de espacio. Por el contrario, los espejos enfrentados a las puertas de acceso crean conflicto y desasosiego, al igual que uno colocado en dirección a la cama, lo que aumenta el nerviosismo, problemas para dormir…
- Gama cromática: las zonas destinadas a vida social acogen bien las gamas de colores más intensas. Por el contrario, los dormitorios requieren decoraciones en tonos suaves y cálidos, que inviten al descanso y la relajación. Recurriremos a colores luminosos en los recibidores, zonas habitualmente más sombrías o difíciles de iluminar por sus dimensiones y disposición.
- Orientación de cocina: siempre es recomendable evitar orientar el lugar en el que cocinamos de espaldas a la puerta de la cocina, ya que puede generar inseguridad y desconfianza, al no poder tener visible una zona de paso.
Por supuesto, la cocina es uno de los espacios donde el orden es fundamental, ya que además de por cuestiones prácticas y decorativas, existen otros factores de riesgo que pueden afectar a la seguridad de los habitantes (agua, gas, residuos, fuego).
- Iluminación: se recomienda el uso de una iluminación indirecta, de pie y dirigida hacia el techo. Facilita el relax, evita tensiones y nerviosismo. Las luces directas y potentes provocan un efecto de focalización sobre determinadas zonas u objetos, imposibilitando la concepción conjunta de los espacios y su integración.
- Escaleras: como toda zona de tránsito, debe permitir “fluir” de manera natural. Son preferibles las escaleras amplias, abiertas, curvadas en vez de quebradas. Una estructura sólida aporta seguridad y firmeza, lo que por el contrario demuestra la ausencia de contrahuella (espacios entre peldaños). En pro de la circulación, debe evitarse el arranque o el desembarco de las escaleras frente a las puertas de entrada. Deben estar siempre perfectamente iluminadas, debiendo convertirse en un elemento principal de las viviendas.
- Disposición de la cama: como ya hemos comentado, el dormitorio debe ser un espacio armónico, que invite al descanso, y el elemento primordial es la cama. Siempre debe evitarse colocarla enfrentada a la puerta, o debajo de una ventana. El lugar más favorecedor para un descanso adecuado es contra una pared, con espacio suficiente a ambos lados para la colocación de mesillas o favorecer la circulación.
- Aparatos eléctricos: más allá del concepto de energías positivas o negativas, debe evitarse en la medida de los posible la instalación de fuentes electromagnéticas en el entorno de las zonas de descanso.
- El agua en los jardines: si nuestra casa cuenta con jardín, el agua es un elemento fundamental para éste en el Feng Shui. No solo tiene un importante aspecto decorativo, aporta serenidad, equilibrio en el conjunto, y tiene una incidencia positiva en el uso del espacio. Respecto a las cuestiones prácticas, las masas de agua favorecen la disminución de la temperatura en verano, y proporcionan frescor y flujo de la ventilación.
En definitiva, el Feng Shui sigue unas pautas bastante modernas en cuanto a la concepción de los ambientes, y perfectamente aplicables a los hogares de hoy en día. Y tú, ¿usas alguna de éstas u otras técnicas de Feng Shui en tu casa? Cuéntanos tus experiencias y tus ejemplos en la sección de comentarios.